ejemplo de CRONIQUILLA publicada en El Universal

Cupido sin descanso en Ecatepec

Emilio Fernández
El Universal
Viernes 15 de febrero de 2008

ECATEPEC, Méx. “¡Sí acepto!” Al unísono se escucharon 3 mil 10 voces en la plaza principal. Un sí primero y un beso después fue el protocolo que debieron seguir mil 505 parejas que fueron flechadas por el dios del amor.

Cupido no tuvo descanso este 14 de febrero, no en Ecatepec, en donde se tuvo que multiplicar para unir a mil 505 hombres y a mil 505 mujeres.

Matrimonio y mortaja… A don Pascual López Montiel, le llevó más de ocho décadas dar su brazo a torcer. A los 81 años de edad, le dio el sí anhelado a María Félix García, de 56 años, con la que ha vivido 40 años y con la que procreó ocho hijos.

“Por desidia, por falta de recursos, no me había casado” se sinceró. “Me siento feliz por cumplir el sueño de casarme”, contó ella.

La magia de Eros los envolvió desde el primer momento que se conocieron. Tres meses duró su noviazgo. Cuatro décadas de convivencia han pasado ya y por fin se formalizó su relación.

Derraman miel

En las redes de Afrodita también cayeron Javier Romero y Fany León, ambos de 20 años.

Tenían 15 años cuando se enamoraron y no se han separado desde entonces. Una niña de 2 años y un nuevo bebé que está en camino, son las pruebas de ese amor que parece inacabable para ellos.

No se casaron antes porque eran menores de edad, pero aprovecharon la convocatoria de la boda colectiva que organizó el gobierno estatal y municipal para hacer oficial lo que siente el uno por el otro.

Es la primera ocasión que Cupido, Eros y Afrodita, tuvieron tantos seguidores en el municipio más poblado del país.

Las parejas derramaron miel sobre la plaza principal. Abrazos y caricias fueron los requisitos que debieron cumplir para que la Isabel Rojas de Icaza, directora del Registro Civil del estado de México los uniera legalmente.

Tres parejas celebrarían su matrimonio frente al mar. El ayuntamiento rifó tres viajes a Acapulco con todos los gastos pagados para los afortunados. “¡Sí acepto!” fue el gritó que se escuchó al unísono.