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CONSTRUCCIÓN DE LA REALIDAD MEDIATIZADA

Puede hablarse de tres dimensiones de la realidad: realidad objetiva o fenomenológica, realidad social construida por los medios y realidad social percibida y construida por el sujeto receptor.

La noticia formaliza el acontecimiento, que es una construcción cultural de la realidad, y que la noticia actúa sobre la propia realidad, la influye, la cambia, genera nueva realidad. En definitiva, el proceso de mediación comunicativa tiene siempre su referencia en la realidad fenomenológica, que construye como realidad social.

El acontecimiento es la materia de la noticia: la noticia da forma al acontecimiento. Desde siempre los periodistas han decidido arbitrariamente que acontecimiento merecía convertirse en noticia: lo extraordinario del acontecimiento (que un niño muerda a un perro) o la pura voluntad del informador (“Noticia es lo que yo digo que es noticia” -Walter Cronkite) han sido algunos de los criterios prácticos. Ello ha sido así porque al periodista se le ha reconocido un rol socialmente legitimado e institucionalizado para construir la realidad social como realidad pública y socialmente relevante.

Factores para determinar lo noticioso, responden a la pregunta ¿qué es considerado noticia?:

1. Frecuencia. Cuánto más similar sea la frecuencia de un acontecimiento con la frecuencia de difusión del medio, más probable es que sea seleccionado como noticia.

2. Intensidad. A mayor intensidad del acontecimiento, mayor es la posibilidad de que sea seleccionado. La intensidad tiene que superar un umbral para que el hecho sea tomado en cuenta.

3. Ambigüedad. A menor ambigüedad, a menor “ruido”, mayor valor informativo.

4. Significación. Cuanto más significativo sea el acontecimiento, más probable es que sea seleccionado. La significación será mayor cuánto más próximo (física y culturalmente). La significación depende también de la propia relevancia del acontecimiento en la medida en que pueda afectar, por muy lejano que sea, al público al que va dirigida la información.

5. Consonancia. En la medida en que el acontecimiento sea consonante con la imagen mental del seleccionador, más posibilidades tiene de ser seleccionado. O, en otros términos, cuanto más previsible más valor informativo: el seleccionador “predice” que algo va a ocurrir y entonces se crea una matriz mental que facilita la percepción y selección del acontecimiento. O, incluso, “quiere” que ocurra y esa matriz se preconstituye, de modo que la percepción y selección puede resultar distorsionada.
6. Lo inesperado. Dentro de lo significativo y lo consonante, lo inesperado tiene más posibilidades de ser seleccionado. Inesperado quiere decir lo que no se espera, lo que es raro. Por tanto, lo que es regular e institucionalizado, continuado y repetido en intervalos cortos no atrae casi nuestra atención.

7. Continuidad. Aunque su intensidad se vaya reduciendo, una vez que el canal de percepción y selección está abierto, el acontecimiento seguirá siendo considerado noticia durante un tiempo.

8. Composición. A la hora de seleccionar, se busca un equilibrio entre los distintos tipos de acontecimientos y los factores que los convierten en noticia.

A estos 8 factores básicos, los autores añaden otros 4 complementarios:

9. Élite de naciones. El acontecimiento tiene más probabilidades de ser seleccionado si se refiere a un país que forma parte al núcleo de países centrales, los más poderosos e influyentes.

10. Élite de personas. El acontecimiento es más probable que sea seleccionado si tiene relación con una o varias personas que forman parte de una élite, modelo siempre para la identificación de los que no pertenecen a ella.

11. Personificación. El acontecimiento tiene mayor valor para ser seleccionado si puede ser personificado, representado como la acción de personas concretas que afectan a personas concretas.

12. Negatividad. Cuanto más negativo sea un acontecimiento, más probable es que sea seleccionado. Los acontecimientos negativos son más fácilmente percibidos porque satisfacen bien el criterio de frecuencia. “Hay una básica asimetría en la vida entre lo positivo, que es difícil y toma tiempo, y lo negativo, que es mucho más fácil y lleva menos tiempo.” 4 Además, los acontecimientos negativos son siempre menos ambiguos. Un acontecimiento positivo lo puede ser para unos, pero no para otros. En cambio, los acontecimientos negativos suelen ser percibidos como tales por un mayor número de personas. También cumplen los acontecimientos negativos con el factor de consonancia, porque, sobre todo, en situaciones de crisis se esperan más malas que buenas noticias.

SE CONSTRUYE LA REALIDAD:

Con un pseudoacontecimiento es un hecho escenificado para ser convertido en noticia. En cuanto que fabricado para los medios, es más atractivo y dramático que los acontecimientos espontáneos, más claro, más comprensible y, por tanto, tiene más posibilidades de convertirse en noticia.

El hiperacontecimiento. En el periodismo contemporáneo, la conversión del acontecimiento en noticia y su difusión no se agota en un solo acto. Si el acontecimiento tiene relevancia e interés irradia a lo largo del tiempo, dando lugar a un flujo informativo que se prolonga en el tiempo. Estos flujos pueden llegar a convertirse en verdaderas explosiones informativas.

Acontecimientos mediatizados. Son previamente planeados por quienes ostentan el poder. Cuando aparece la televisión con toda su maquinaria de tiempo “real” el acontecimiento se mercantiliza a pasa a ser mediatizado.

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