En antaño las clasificaciones acerca de los votantes se limitaba a reconocer aquellos militantes que aplicaban el voto de forma automática al candidato elegido por su partido y los ciudadanos casi siempre apolíticos que simplemente acudían a votar el día de la jornada electoral.
Hoy en día podemos hablar de por lo menos cuatro diferentes tipos de votantes:
1) El votante residente en el extranjero que mediante trámite consular puede ejercer su derecho desde el país donde vive o incluso en varios países por medio de Internet.
2) El votante indeciso que generalmente es apolítico pero no por ello irresponsable a la hora de ir a votar. Esta clase de votantes incluso pocas horas antes de la jornada electoral sigue sin saber por quien votar. Los partidos políticos lanzan sus principales estrategias a este tipo de votantes porque llegan a ser el segmento más amplio de la votación.
3) El voto duro: Aquel que aplican los militantes de los partidos o que por tradición siempre se han inclinado por ese partido aunque no necesariamente por el candidato. Son comunes en las familias que el abuelo, el padre y ahora el hijo perpetúen la tradición.
4) El voto en blanco; aquel que llevan a cabo los ciudadanos ejerciendo su derecho y obligación democrática, sin embargo por voluntad propia deciden dejar en blanco la papeleta o bien, cancelarla de manera intencional.
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